Estas son las consecuencias de los celos en pareja
Durante el confinamiento, su pareja había cambiado, había empezado a controlarla y había adoptado patrones de celos patológicos. Una vez volvieron a la «nueva normalidad”, parece que la situación mejoró, pero ella no termina de fiarse y no deja de sentirse vigilada y controlada.
Pide cita con una psicóloga profesional | En un post anterior hablamos sobre los celos y cómo habían afectado a algunas parejas durante el confinamiento, sobre todo a aquellas que no conviven juntas. La imposibilidad de saber en todo momento qué hace tu pareja, no poder controlar sus movimientos, para algunas personas hace que los celos puedan dispararse.
Los celos pueden considerarse “normales” o adaptativos cuando consisten en un miedo o malestar de baja intensidad ante la posibilidad real o anticipada de la pérdida de la persona querida y que pueden aparecer en cualquier tipo de relación (pareja, amigos, entre hermanos, etc.).
Otros son celos patológicos, éstos generan mucho malestar y probablemente un problema en la pareja ya que aparece un miedo intenso e injustificado a la pérdida de la pareja, a su compromiso de fidelidad, muchas veces fruto de interpretaciones distorsionadas en torno al amor. Además, estos celos patológicos hacen que la persona celosa ponga en marcha una serie de acciones para controlar a la pareja y conseguir reducir la inseguridad y ansiedad que experimenta.
El amor y la relación de pareja tiene que ver con el ejercicio de la confianza y el respeto por la individualidad de cada uno. Vivir en una continua duda sobre la fidelidad de mi pareja e intentar controlar cada paso de ella, está muy lejos de amar. En el post anterior, veíamos cómo identificar los celos y las características principales de una persona celosa. Ahora nos adentraremos en las consecuencias de desgaste emocional que tiene en ambas partes de la pareja.
Consecuencias de los celos
Los celos provocan un intenso sufrimiento tanto para la persona celosa como para su pareja. Deterioran la relación de pareja, generan conflictos e insatisfacción pudiendo llegar a la ruptura.
Para la persona celosa
- Estado de alarma constante. Vive en una continua situación de tensión donde todo lo que ocurre es motivo de duda o miedo. “Quien busca, encuentra” o “piensa mal y acertarás”, y no porque existan pruebas que lo confirmen, sino porque nuestra atención es selectiva y va a percibir y recordar con mayor facilidad aquellos estímulos o situaciones que para la persona prueben su teoría. Sesgamos la información que percibimos para adecuarla a nuestra teoría, en este caso, que nuestra pareja nos está engañando.
- Las personas celosas sufren mucho, tienen mucha ansiedad y miedo ante la posibilidad de perder a la pareja. Esto les impide disfrutar de la relación, de las actividades juntos y de las muestras de afecto, confianza y respeto de su pareja. Sienten mucha intranquilidad y desconfianza en muchas situaciones, con cada interacción de su pareja con otras personas o con aquello que no puede ver ni controlar.
- Intentos excesivos de control ante esa desconfianza, el celoso pone en marcha una serie de acciones para intentar dejar de sentirse tan ansioso. Llamadas de teléfono, mensajes, comprobaciones de redes sociales, whatsapp, llamar a algún amigo o familiar para pedir información, poner condiciones o límites, son algunos ejemplos de estos intentos de control.
Para la pareja
- Desgaste y descontento progresivo con la relación, las discusiones continuas, la desconfianza, puesta en duda y comprobaciones de su propia conducta por parte del miembro celoso, van deteriorando poco a poco la relación. Incluso pueden aparecer planteamientos o deseos de ruptura.
- Sensación de agobio, malestar e impotencia ante tantos intentos de control y explicaciones.
- Sensación de pérdida, de ser el/la que siempre cede ante todas las exigencias del celoso. A veces, se percibe la relación como una cárcel o cómo una esclavitud, la pareja del celoso tiene la sensación de no poder disponer de su libertad.
- Con el fin de evitar el sufrimiento de su pareja, evitar discusiones y problemas entre ambos y, poder tomar decisiones y vivir con normalidad, la pareja puede ocultar determinada información o mentir.
Para la relación
- Desgaste de la comunicación, pérdida de la confianza y de la intimidad.
- Incremento en la conflictividad y los problemas de pareja.
- Disminución de las actividades positivas y reforzantes en común, los intercambios positivos como la afectividad y los halagos.
- La relación puede llegar a deteriorarse de tal manera que deje de compensar y empiece a cobrar relevancia la posibilidad de la ruptura.
Durante un tiempo ella también creyó que debía sentir aquello que su pareja le decía, hasta le hacía gracia que se pusiera un poco celoso, eso significaba de alguna manera que la quería. Pensaba que con el tiempo él cambiaría y que ella le ayudaría a hacerlo. Sin embargo, poco a poco se fue sintiendo agobiada por el control y las preguntas que él hacía y comenzó a dudar de la normalidad de ese amor.
¿Qué hacer? Tratamiento de los celos
Los celos patológicos son una forma de entender el amor y las relaciones de pareja, basados en una serie de creencias disfuncionales que hemos aprendido. Como consecuencia de este aprendizaje mantenemos una serie de conductas (pensamientos, emociones y acciones) en torno a la necesidad de control sobre nuestra pareja. Dado que son comportamientos aprendidos, podemos aprender otra manera de estar en pareja de una manera saludable y satisfactoria.
La confianza y el respeto son fundamentales en el establecimiento de una relación de pareja satisfactoria.
Algunas pautas para trabajar los celos:
- Mantener la individualidad. Parece que cuando estamos en pareja lo tenemos que hacer todo juntos (mito de la unidad), pero nada más lejos de la realidad. Es importante para establecer una relación de pareja saludable que cada uno de los miembros tenga su espacio y que puedan enriquecerse individualmente, así el tiempo en pareja es de calidad y no está viciado por la propia relación. Además, en caso de que la relación no sea para siempre y haya que enfrentarse a una ruptura, ambos miembros van a tener más herramientas a su alcance para superarla (amigos, actividades, intereses…).
- Dejar de controlar. Probablemente, en el corto plazo dejar de mirar las redes o pedir determinada información puede resultar impensable y generar ansiedad, pero a medio y largo plazo nos va a permitir dejar de estar en ese estado de alarma y poder prestar atención a nuestra relación. Habla con tu pareja, estableced límites y llegar a acuerdos.
- Cuestionar las creencias distorsionadas en torno al amor y más concretamente en torno a nuestra pareja, reconociendo nuestros miedos y prejuicios.
- Trabajar nuestras inseguridades. Como he dicho a lo largo del post, sentir cierto miedo por perder a la persona que amamos es normal, elaborar toda una serie de acciones entorno al control de nuestra pareja para sentirnos seguros no lo es. Hacer un ejercicio profundo de autobservación es importante para poder trabajar la seguridad y confianza en nosotros mismos.
- Trabajar la comunicación asertiva y centrarse en lo que depende de mi. Ser capaz de expresar a nuestra pareja nuestras opiniones, deseos, intereses, pensamientos, acciones de forma asertiva es clave para fortalecer la relación. No podemos esperar a que nuestra pareja haga aquello que deseo o necesito pero que no le digo, “si me quisiera, debería saberlo”, de momento no podemos leer la mente.
- Fomentar la confianza y el amor, pasar tiempo de calidad en los que los dos miembros disfruten. Reforzar aquellas actividades que nos unen, trabajar la complicidad, la empatía, las expresiones afectivas, la risa, en definitiva el intercambio positivo, al contrario que en los celos en lo que se comparte es un intercambio de explicaciones y reproches.
- Quererse mejor. Dejar de justificar el comportamiento celoso “te controlo porque te quiero” no tiene que ver con el amor, tiene que ver con la inseguridad propia. El amor tiene que ver con confiar y respetar al otro, sabiendo que nosotros merecemos la misma confianza y respeto.
Vivimos en una sociedad en la que el amor y el modelo del mismo está por todas partes. Vivimos bombardeados de mitos sobre el amor y aprendemos cómo debemos amar y ser amados, amor pasional, amor que todo lo puede y todo lo cambia (hasta a las personas), amor que mueve montañas, “por amor lo dejo todo”; mi familia, mis amigos, mis estudios/profesión, mi vida, el amor es sacrificio… Vivimos aprendiendo a amar de esta manera.
Después de un tiempo, se planteó si le compensaba o no seguir en esa relación. Sentía que la relación había cambiado mucho, ya no se reían juntos o salían a tomar algo con los amigos. Siente que, cada vez que se ven y aunque él intente disimular, necesita saber acerca de sus actividades y de las personas con las que ha estado. Ella está muy desanimada y no se encuentra bien físicamente. Independientemente de la decisión que acabe tomando, se ha dado cuenta de que un apoyo profesional le vendría bien para discernir entre realidad y toxicidad.
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Raquel Martínez
Enriquecimiento personal
Soy la capacidad de resiliencia y determinación de Serena. Me especializo en el desarrollo y enriquecimiento personal y aporto a mis pacientes las herramientas necesarias para orientar su día a día hacia ese mismo objetivo. Saber más.
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