Duelos

¿QUÉ ES UN DUELO?

El duelo es el proceso emocional ocasionado por la pérdida de un ser querido. El caso más doloroso y extremo es pérdida por causa de muerte, pero el proceso de duelo también se experimenta por la separación o ruptura de un ser querido.

El dolor ante la pérdida de un ser querido es uno de los mayores sufrimientos, y conlleva diferentes fases y emociones, entre ellas la tristeza, enfado, ira y frustración.

¿CUÁLES SON LAS FASES DEL DUELO?

Aunque se ha escrito mucho sobre las fases del duelo, es importante entender el duelo como un proceso en movimiento, con cambios y sin límites claros ni estancos, con múltiples formas de expresión según la persona que lo experimenta. A grandes rasgos, las fases en el duelo son:

 

  • «Entumecimiento y aturdimiento» suele aparecer en el momento en el que se conoce la noticia de la pérdida y puede durar varios días. Se tiene la sensación de anestesia emocional, la persona puede creer que no siente nada o no puede expresar dolor. Es lo que comunmente se llama «estar en shock».
  • «Añoranza y búsqueda». Los siguientes meses, una vez salida del aturdimiento, aparece el intenso dolor y ansiedad por separación que promueven el deseo de búsqueda y recuperación de la persona. Puede haber llanto intenso y mucha ira volcada en los posibles «culpables» ( por ejemplo Dios, alguna persona que le acompañaba, uno mismo por no haberlo evitado, etc).
  • «Desorganización y desesperanza». Después de la fase anterior, la persona se enfrenta con la realidad. El doliente «toca tierra» y empieza a aceptar la pérdida. El enfado deja de ser la emoción principal relevándole la tristeza y el profundo abatimiento. Puede durar alrededor de un año.
  • «Reorganización». Una vez superadas las fases anteriores, poco a poco la persona va retomando su camino de vida.

¿CUÁNDO DEBO PEDIR AYUDA?

La tristeza y enfado ante la pérdida de un ser querido son emociones normales ante una de las situaciones más dolorosas. Sin embargo, es importante pedir ayuda si la ira es descontrolada, si no somos capaces de mantener las necesidades básicas de alimento, descanso, autocuidado y sueño, si hay pensamientos de culpa intensos que aumentan aún más el sufrimiento o si se es incapaz de expresar la emoción pasado el «shock» inicial. Si, pasado un tiempo te sientes incapaz de retomar tu vida o lo haces con mucho esfuerzo, es recomendable que pidas ayuda profesional.

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