Las 10 pautas psicológicas para ser feliz
No dejaba de preguntarse qué era exactamente la felicidad. ¿Se trataba de vivir una vida extraordinaria o de apreciar los buenos momentos? ¿Es la felicidad algo constante o un sumatorio de puntos felices a lo largo de nuestra vida? Según iban pasando los años había perdido la perspectiva de la felicidad y la ilusión juvenil que la caracterizaba en un pasado. Quería entender la felicidad desde un punto de vista más realista pero, ¿cómo?
Aunque algunos estudios y expertos sobre el tema aseguran que las variables de personalidad para ser más felices son los perfiles extrovertidos y optimistas, no sólo esos perfiles tienen las cualidades para serlo. También existen evidencias de que podemos seguir algunas pautas para lograr aumentar nuestra sensación global de felicidad:
Disfrutar de los pequeños placeres de la vida
A veces nos empeñamos en conseguir un gran placer (un gran viaje, comprar una casa, etc.) y está demostrado que lo que realmente causa mayor felicidad y más constante, son los pequeños y sencillos placeres de la vida (leer un libro, tomar un café en buena compañía, tomar el sol, etc.). Haz una revisión de cuáles son tus pequeños placeres e introduce al menos uno al día.
Carpe diem
Vive el momento. Dicen que la vida es “aquello que sucede mientras hacemos planes” y así es. A veces estamos tan enfocados en conseguir objetivos para el futuro que nos olvidamos de parar y disfrutar de nuestro presente.
Proponte pequeñas metas personales
Conseguir pequeños retos proporcionan en tu vida mayor bienestar ( ej. mejorar en tu deporte o afición favorita, cocinar alguna receta que te guste, escribir un diario, ordenar tus fotos favoritas,etc.)
Aceptarse uno mismo
Reconocer los puntos fuertes y los débiles, trabajar en ellos y aceptarlos como son, sin juzgarlos, hará que te sientas mejor en tu día a día.
Conjugar el verbo amar
Amarte a ti mismo/a, amar a otras personas, nos hace sentir más felices, ya que ponemos en práctica una de las habilidades más características de nuestra especie y nos ayuda a sentirnos conectados/as con nuestra propia esencia y con los demás.
No competir, sino colaborar
Está demostrado que nos sentimos mejor cuando colaboramos que cuando competimos. Durante la colaboración identificamos emociones y sentimientos más positivos.
Resistir la adversidad
Cambia los problemas por “grandes retos o contratiempos”. Pensar: “Me ha surgido un reto” en vez de “me ha surgido un problema” hace mucho más eficaz nuestro enfoque de la situación y nos ayuda a poner en marcha mejores y más adecuadas estrategias de afrontamiento.
Practica la gratitud.
Ser agradecidos por lo que tenemos y lo que experimentamos y aprendemos cada día genera en nosotros sensaciones muy positivas y de armonía con nuestro día a día.
Sé altruista
Ayudar sin esperar nada a cambio produce una gran sensación de bienestar. Si tienes tiempo plantéate la opción de ayudar a los demás, por ejemplo, plantéate participar en un programa de Voluntariado.
Buscar la “buena suerte”
Aquellas personas que parece que tienen “buena suerte” suelen ser personas que la han buscado. La buena suerte no llega, se busca. Sé activo y ponte objetivos que te interesen y trabaja para conseguirlos.
Se dio cuenta de que la felicidad no es un estado, sino un estilo de vida y que, a través de estas sencillas pautas había reflexionado sobre su visión del día a día. Solo con planteárselo durante unos minutos había pensado en cambiar algunos factores para sentir una mayor sensación de bienestar emocional y felicidad en su día a día.
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Alejandra Mencias
Enfoque bio-psico-social
Represento el equilibrio de Serena en cuerpo, mente y espíritu. Mi experiencia clínica como psicóloga sanitaria me ha llevado a interesarme profundamente por el bienestar integral del ser humano, desde el estudio de todas sus dimensiones. Saber más.
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