Inseguridad y necesidad de control

Hacía meses que estaba en una tensión constante. No paraba de sentirse preocupada por todo, lo que le llevaba a una gran necesidad de control. Cuando perdía el control de una situación o algo inesperado sucedía, sentía mucha angustia y tendía a preocuparse más de lo debido en situaciones sencillas.

5 Formas Tóxicas de saciar nuestra necesidad de control.

Pide cita | Vivimos en la sociedad de la inmediatez, y actualmente, uno de los mayores problemas a los que todos nos enfrentamos es el de aprender a tolerar la incertidumbre. Este desconocimiento o falta de seguridad en lo que pasará realmente en el futuro, nos genera una inquietud que no sabemos gestionar. Necesitamos saber inmediatamente qué es lo que va a pasar.

Esto nos lleva a que, por lo general, necesitamos tenerlo todo controlado; saber que tenemos el control de nuestra vida y que, hay pocas cosas que se puedan escapar de él, nos hace sentirnos tranquilos. Pero desgraciadamente, hay muchas más cosas que no podemos controlar de las que nos gustaría; podemos sentir esa incertidumbre casi con cualquier cosa: un examen, una prueba médica, un proyecto de vida, un trabajo… o ante cualquier decisión que creamos importante y de la cual, desconocemos el resultado. Así, la idea de controlarlo todo nos hace sentir seguros. Pero, ¿es esto posible?

Querer controlarlo todo, nos hace personas tremendamente autoexigentes, y por el hecho de pretender estar en todos lados controlándolo todo, terminaremos haciendo un esfuerzo sobrehumano por abarcar mucho más de lo que podemos. Esto provoca una gran ansiedad, angustia, y hace que nos sintamos desbordados y agotados.

Llegados a este punto, a pesar de que sabemos y entendemos que no podremos controlarlo todo, seguiremos tratando de hacerlo (consciente o inconscientemente) a través de algunas costumbres tóxicas, que no suelen ser fácilmente identificables como tales.

1. EL PENSAMIENTO MÁGICO:

Es una forma de establecer relaciones de causa y efecto sin una base lógica ni fiable, para tener rápidamente las respuestas que necesitamos tener, y así, sentir que estamos pudiendo controlar lo incontrolable. Es muy frecuente en la infancia (“Si no piso las baldosas grises, aprobaré el examen de mañana.”). Llevado al extremo, aparece mucho en trastornos obsesivo-compulsivos y en la adicción al juego, por ejemplo.

2. EL PENSAR O PREOCUPARSE EN EXCESO:

Es la idea acerca de que, cuanto más nos preocupemos acerca de algo, más respuestas o soluciones encontraremos. Esto nos hace imaginarnos cosas que no han pasado (y que tienen poca probabilidad de ocurrir) y que nos hacen sufrir.  La sobrepreocupación nos sitúa muchas veces en un rol pasivo que no nos permite encontrar soluciones realmente eficaces, ni respuestas reales (en el caso de que las haya), ya que nos termina llevando a un bloqueo mental que nos hace seguir bucles de pensamiento.  

3. EL ESTADO DE HIPER ALERTA CONSTANTE:

A veces, tenemos la sensación de que algo malo puede ocurrir en cualquier momento, y que, por eso, tenemos que estar preparados para ello; así, sentimos que podemos controlar nuestra reacción o el sufrimiento ocasionado por ese algo inesperado. El problema es que, no podemos sentirnos tranquilos en ningún momento, porque siempre puede pasar algo. Además, cuando conseguimos relajarnos, nos sentimos indefensos y culpables por no estar preparándonos para lo que pueda suceder.

4. LA OBSESIÓN POR EL CONTROL DE NUESTRO CUERPO:

Así, estamos tratando de controlar algo que tenemos a mano, que es tangible y que nos parece fácil de controlar. Esto genera una sensación de insatisfacción crónica, que limita nuestra vida a un solo ámbito, cuando en realidad, tenemos ese ansia por querer controlar algo más. Llevado al extremo es muy común en los Trastornos de Conducta Alimentaria. 

5. EL PERFECCIONISMO Y AUTOEXIGENCIA

Aunque en su justa medida pueda ser una forma de seguir haciéndonos crecer y avanzar, muchas veces llegamos a unos límites en los que nos bloqueamos ante tanta presión. Podemos llegar a tener la sensación de que siempre podríamos haberlo hecho mejor, siempre habrá algo que podríamos mejorar, abocándonos a la insatisfacción y a la sensación de insuficiencia. Esto también puede acarrear en la procrastinación (retrasar actividades o situaciones que debemos atender), ya que, por querer hacerlo perfecto y saber que nunca podremos hacerlo así, preferimos no hacerlo, confirmando la creencia de que no sabemos o no podemos hacerlo. Pide cita | 

Para disminuir su necesidad de control empezó por aceptar que no todo dependía de ella y que debía de aprender a gestionar mejor la incertidumbre. Revisó qué comportamientos estaba llevando a cabo de los anteriores descritos e intentó controlarlos. De esta manera, empezó a manejar mejor su día a día.

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