Ya había pasado un año, y aunque poco a poco se iba recuperando la normalidad, se sentía más desanimada que nunca. Todo le suponía un gran esfuerzo y había perdido el contacto con muchos amigos. No se sentía con fuerzas
Pide cita | Hace un año que se decretó el estado de alarma por la pandemia causado por el covid-19 y desde entonces hemos tenido que adaptarnos a muchos cambios.
Al principio para muchos era una situación nueva y curiosa, para algunos parecían «15 días de vacaciones» y las bromas y memes llenaban las redes sociales. Pero las noticias cada vez eran más alarmantes, y las dos semanas originales se fueron prolongando y el país y nuestras vidas se paralizó.
No podíamos ver a nuestros seres queridos, y muchas personas veían impotentes cómo las personas a las que querían enfermaban y morían sin poder acompañarlas ni despedirlas. Esto sin duda ha sido la parte más dolorosa de la pandemia.
A la pérdida de libertad se sumaba el miedo. Miedo a que todo eso nos pasara a nosotros en primera persona, miedo a enfermar, miedo al contagio, miedo por los seres queridos, en definitiva, miedo a la muerte.
El encierro ha sido más o menos complicado dependiendo de las circunstancias de cada uno. Unos lo han vivido en soledad, otros en pareja, otros en pareja con conflictos, otros en familias con hijos, etc. Pero a todos nos ha afectado en más o menos medida.
Según un estudio de universidades españolas el 45,7% de los encuestados han visto aumentado su malestar psicológico y la OMS ha anunciado un nuevo término causado por el covid » La fatiga pandémica». Según la OMS ( Organización Mundial de la Salud) se está apoderando de nosotros un estado de » desmotivación y cansancio» que hace que a veces podamos llegar a descuidar nuestra protección y salud.
Es tal la necesidad que tenemos de recuperar algo de nuestra vida anterior que nuestra mente niega temporalmente la situación como una manera de aliviar el desánimo. A su vez, aparece también la » habituación», donde nos habituamos a las situaciones y minimizamos el peligro.
8 claves para superar la fatiga pandémica
Acepta tus emociones negativas y compártelas
Es normal estar desanimado, cansado, triste, malhumorado, desganado…pero es mejor ser consciente de ello, aceptarlo y compartirlo. Si somos conscientes de cómo estamos habrá menos probabilidades de que estas emociones nos controlen o nos autoengaños. También miniminizaremos el riesgo de que volquemos nuestra frustración donde no debemos.
Haz cosas que te gustaban antes adaptándolas a la situación actual
Aunque no tengas ganas en estos momentos, es importante hacer las cosas que antes te gustaban. Quizá ahora no te apetezcan tanto como antes pero utilizarlas como referencia y hazlas poco a poco aunque no te apetezcan tanto. Esto es importante para recuperar el ánimo y desconectar. Supongo que habrá muchas de esas cosas que hacías que ya no puedas hacerlas igual pero intenta adaptarlas: Si ya no puedes quedar con tus amigos en un bar ( o no quieres por precaución) , queda con ellos en un parque manteniendo las distancias, si antes te gustaba ir al gimnasio y ahora lo ves arriesgado, haz deporte online, etc
Aléjate de las quejas constantes.
Intenta disminuir las quejas tuyas y la de los demás. Está bien hablar de lo mal que van algunas cosas pero no dediques todo el tiempo a este tipo de expresiones. Habla también de cosas que te agraden: recuerdos, películas o series que te hayan gustado, lo que harás cuando la situación mejore, etc…
Vida saludable
Ahora más que nunca es importante hacer deporte que eleve nuestras endorfinas ( hormona del placer), comer sano y dormir bien. Las grasas y el azúcar refinado no nos ayudan en nuestro bienestar y el dormir poco y/o mal hace que nuestro humor se vea más afectado.
Practica técnicas de relajación
Hay respiraciones sencillas que hacen que nuestro cortisol ( hormona del estrés) disminuya en sangre, lo que hace que aumenten sensaciones de bienestar y estemos además, menos irritables. También ayudan en la paciencia, ansiedad y descanso. Te recomendamos las respiraciones diafragmáticas.
Si eres más constante la relajación progresiva de Jacobson es muy buena si la realizas a diario.
Céntrate en lo esencial y sencillo
Es importante aceptar que hemos perdido ciertas cosas, hemos perdido libertad para quedar con gente cuándo, cuántos y cómo queríamos, hemos perdido movilidad, y algunas cosas mucho peores. Es momento de centrarse en lo esencial, las cosas sencillas son importantes. Apóyate en tu familia, disfruta de su compañía, quizá no puedas hacer un viaje pero puedes disfrutar de cocinar, si te gusta, o de un café, un baño relajante, de la lectura, el cine en casa, de una conversación, etc.
Podemos poner el foco en lo que hemos tenido que dejar de hacer o ponerlo también en lo que sí podemos seguir haciendo. Tú decides.
Evita ideas catastróficas
Evita ponerte en lo peor, evita lo máximo que puedas pensar en los » y si…» «¿ Qué pasaría si me contagio? ¿ qué pasaría si me echan del trabajo?». Es normal tener miedo pero ponerte en lo peor no ayuda a que estés mejor. Céntrate en el presente,¿ estás sano ahora? ¿ Tienes trabajo ahora? pues eso es lo importante, el ahora. Controla tus pensamientos catastróficos.
No descuides tu aspecto personal
El teletrabajo y el salir menos de casa ha hecho que muchas personas se descuiden, pero verse y sentirse sucio y descuidado lo único que hace es empeorar nuestra autoestima. Aunque trabajes en casa y no vayas a ver a nadie, hazlo por tí.
Empezó a recuperar actividades que le gustaban poco a poco y llamó cada día a una persona con la que le apetecía hablar. Decidió no hablar más sobre la pandemia ni quejarse y se tomó este tiempo con más tranquilidad Pide cita |
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Lorena González
Calma y tranquilidad
Aporto un espacio de tranquilidad en Serena. Doy soporte a mis pacientes para crear y mantener un espacio seguro donde identificar sus preocupaciones y aprender a evitar que se interpongan en el camino hacia su bienestar y objetivos. Saber más.
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