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10 recomendaciones para controlar el miedo al contagio

Acababa de recibir la llamada para contárselo porque estuvieron juntas el fin de semana y debía avisarle de que había dado positivo en coronavirus. Colgó la llamada y le vinieron todos los miedos ¿ se habría contagiado? ¿ Qué pasaría si así fuera? ¿ Con quién había tenido contacto desde entonces? 

Desde hace ya unos meses apenas podemos hablar de otra cosa. Raro es el día que en la familia o entre amigos no se nombra la palabra «coronavirus» o » COVID-19″, y no es para menos. Nunca antes se habían paralizado nuestras vidas de manera tan radical por un motivo de alerta sanitaria a nivel nacional y mundial. De una manera u otra, la COVID-19 está presente en nuestra vida desde hace ya muchos meses, y con ella, de la mano, su miedo asociado.

El miedo es una emoción adaptativa y evolutiva, fundamental para la supervivencia. El miedo nos mantiene a salvo de los peligros y hace que estemos alerta en situaciones que ponen en riesgo nuestra vida o nuestro bienestar. Pero cierto es que el miedo es una emoción que puede ser muy paralizante si está desbordado o no es acorde con la situación en sí.

En Marzo, debido a la alta tasa de contagios, se decretó el estado de alarma en España, que hizo que todos tuviéramos que encerrarnos en casa. Fue una situación insólita. Con un mensaje muy claro: Estamos en peligro. Día a día nos presentaban los datos del número de casos de positivos, número de fallecidos, números de camas ocupadas en UCI…números y más números. Con ninguna otra enfermedad antes nos habían dado tantos datos. Los números estaban por todas partes. Poco a poco estos datos fueron mejorando y se fueron flexibilizando las medidas, acorde con la situación sanitaria y con el control de la asistencia médica. 

Fue en ese momento cuando muchos de nosotros tuvimos que enfrentarnos a un paso muy difícil: intentar normalizar nuestras vidas, recuperar las salidas a la calle, juntarnos con familia y amigos, volver al trabajo, en definitiva: vivir. Y el miedo a la muerte dio lugar al siguiente miedo: miedo a la vida.

Muchas personas han experimentado mucha angustia y ansiedad en las primeras fases de salida. Y otras muchas no han conseguido aún salir regularmente. Se siguen sintiendo más seguros en casa. Este aislamiento elegido no es inocuo: tristeza, insomnio y ansiedad son sólo una de las pocas consecuencias de este comportamiento.

Las personas que han conseguido ir recuperando rutinas se exponen a una gran incertidumbre cada día. En cualquier momento puedes entrar en contacto con un positivo, alguien cercano puede enfermar, cualquier síntoma ambiguo es interpretado como posible síntoma de la COVID – 19 y saltan todas las alarmas. La situación de incertidumbre constante no está siendo nada fácil. Por ello es muy importante que nos mantengamos centrados mentalmente y no nos dejemos llevar por el miedo descontrolado.

Cómo controlar el miedo al contagio

 

Céntrate en lo que puedas controlar para no contagiarte

Sigue las indicaciones sanitarias para mantenerte lejos del contagio. Lávate las manos o desinféctatelas cuando toques algo, mantén distancia social, usa la mascarilla, etc. Si llevas a cabo estas indicaciones es muy improbable que puedas contagiarte. Pero lleva a cabo estas conductas con control y coherencia. Si tus manos están limpias no hace falta limpiarlas de nuevo. Si mantienes la distancia de seguridad, puedes ver a gente, etc. Es muy importante el equilibrio. Repetir conductas innecesarias como lavarse las manos compulsiva y repetidamente puede ejercer en nosotros un mensaje de alerta y alarma continúo que puede resultar contraproducente.

Evita pensar en hipotéticas situaciones que «puedan» suceder

Céntrate en el presente. ¿ De qué te sirve pensar en qué pasará si te contagias algún día? piensa simplemente en que ahora estás bien y que proyectarte a un futuro poniéndote en lo peor no te ayuda en nada y solo te perjudica. Cuando te sientas con angustia revisa si tus pensamientos se están posicionando en el futuro. Si es así, resitúate en el presente: ¿ahora como estás realmente?

No te sobreinformes ni evites la información

Otra vez es muy importante el equilibrio. Exponte de manera equilibrada a la información. Con que revises los datos una vez al día es suficiente. Por otra parte, evitarlos tampoco hará que desaparezca la situación. Infórmate una vez al día como mucho y céntrate en tus cosas.

Busca siempre datos fiables

La información que busques que sea siempre de fuentes fiables. Evita leer y exponerte a información de redes sociales o dar por buenas opiniones ajenas. Infórmate en fuentes fidedignas y saca tus propias conclusiones.

Evita hablar de la COVID – 19 constantemente

Está bien compartir los miedos y hablar de la situación con otras personas pero no permitas que ocupe todas las conversaciones ni todo el tiempo. Desahógate, comparte y habla de la situación pero que el coronavirus no sea el único tema del que hablas con los demás. Esfuérzate en tratar otros temas que también te interesan, ayúdate de los recuerdos, ¿ de qué temas te gustaba hablar antes con los demás? recupéralos.

 

Cómo gestionar el miedo si te contagias

Ahora bien. Puede darse la situación que el contagio se produzca y seas positivo. La noticia de un resultado positivo de COVID-19 para muchas personas es muy impactante. Todos esos datos, esa sobreinformación, todo «lo peor» se te puede venir encima de repente. Es normal que te genere inquietud, por eso más que nunca has de poner en práctica las recomendaciones anteriores más las siguientes: 

Evita las búsquedas en google. Desde ahora pregunta sólo a tu médico

Entrarás en contacto con un médico en cuanto tu pcr o análisis de positivo. Si tienes dudas pregúnselas al médico. En google se mezclan datos, opiniones, hipótesis, etc y es muy confuso y a veces los datos están distorsionados. Pregunta a un profesional si tienes cualquier duda y no busques nada más.

Evita ponerte en lo peor

Es cierto, estás con un virus, y al igual que otras enfermedades, conlleva riesgos, pero no te pongas en lo peor. La realidad es que la mayoría de las personas que se contagian se recuperan sin secuelas. No olvides esto y recuérdalo siempre que te venga el miedo.

Practica alguna técnica fácil que conozcas de relajación

Si sientes mucha ansiedad, no te puedes dormir, o tienes mucha activación física haz algo de relajación. Sé que suena a recomendación rápida y fácil que se tiende a descartar de inmediato si no lo has hecho antes, pero se sabe que hacer varias respiraciones profundas, lentas y completas, llenando los pulmones completamente, el cuerpo deja de estar tan activado y quizá te ayude a relajarte y/o dormir. Repítelo varias veces. Ten en cuenta que nuestra respiración habitual suele llenar solo la parte superior de los pulmones, así que concéntrate en llenarlos por completo para que sea una respiración relajante y eficaz.

Céntrate en el ahora y controla tus pensamientos

Focaliza la atención en cómo estás en este momento. Ahora más que nunca debes de intentar controlar los pensamientos sobre posibles empeoramientos. Céntrate en el ahora, ¿ cómo estás ahora? ¿ Qué síntomas tienes ahora? ¿ son leves o no lo son ahora mismo? Sé que no es fácil. Enseguida aparecerán los «¿ y si empeoro? ¿y si empiezo a encontrarme peor? ¿ y si…?» y éstos pueden ser infinitos. Pero recuerda lo que dijimos antes. La inmensa mayoría que se contagia se recupera. Esto es así. Esta es la verdad. No dejes que estos pensamientos negativos se apoderen de tí y te hagan sufrir más de lo necesario.

Recuerda las veces que te has recuperado antes de otras enfermedades

Seguro que ha habido veces que has enfermado y te has recuperado. Intenta recordarlo, confía en tu cuerpo y descansa todo lo que puedas.

Pensó en estar atenta a posibles síntomas que pudieran aparecer, pero decidió mantener bajo control el miedo y se centró en hacer las cosas bien. Se puso en cuarentena como contacto de positivo que era y aprovechó los días en casa para hacer cosas que siempre había querido hacer. Cuando le venían pensamientos negativos intentaba recordarse a sí misma que no tenía motivos para preocuparse ahora, que estaba bien y aprovechó para descansar, leer y hacer deporte en casa. Pronto volvería a su normalidad.

 

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Lorena González

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