La Ansiedad

La ansiedad como trastorno es una activación física y cognitiva de miedo, nerviosismo, tensión y malestar sin un motivo aparente o sin ningún peligro objetivo.

La sensación es muy intensa llegando a ocasionar mucho sufrimiento. Es tal el sufrimiento que muchas personas que la padecen evitan salir de casa o enfrentarse a situaciones donde antes han sentido ansiedad.

Tiene tres sistemas de respuesta:

Fisiologico

Aceleración de la respiración, palpitaciones, temblores, taquicardias, sudoración, entumecimiento, hormigueo, cambios de temperatura, tensión corporal, vómitos, diarreas…

Cognitivo

Preocupaciones, rumiaciones, desvalorizaciones, pensamientos recurrentes en torno a una situación

Conducta

Insomnio, beber alcohol ( aliviar a corto plazo) comer mas o menos, falta de concentración, evitaciones…

 

El papel de la terapia en la ansiedad

La terapia te enseña a controlar y manejar tu propia ansiedad .

Los ansiolíticos funcionan de manera temporal, pero a largo plazo no te enseña a manejarla por ello Raquel nos aconseja los ansiolíticos como apoyo a la terapia psicológica pero no como única opción.

 

Ansiedad vs ataque de ansiedad

Un ataque de ansiedad es un episodio de ansiedad muy intenso, tanto que se puede llegar a temer por la salud ( ej. Ataque al corazón), con una sensación muy alta de descontrol y con una necesidad muy alta de escapar si está asociada a alguna situación. Pero la realidad es que la ansiedad no es peligrosa y no conlleva ningún riesgo para la salud.

El propio miedo que provoca la ansiedad hace que a veces lleguemos a interpretar como ansiedad síntomas coincidentes con ella, malinterpretando sensaciones que nos pueden ocasionar un ataque de ansiedad por el miedo que provoca que pueda ser uno ( Ej. al hacer un esfuerzo nuestro corazón se acelera, si creemos que esa aceleración puede ser causada porque empieza un ataque de ansiedad, ese temor hará que nos tensemos más y aumenten las probabilidades de que finalmente suceda). Hay que perderle el miedo a la ansiedad.

 

Pautas:

  • Autoinstrucciones: La ansiedad no es peligrosa. Identificarlo y esperar. Saber que no va a pasar nada peor. La ansiedad siempre baja.
  • Control pensamiento: No alimentar el miedo. 
  • Hacer respiraciones diafragmáticas. Controlar la respiración para no hiperventilar.
  • Practicar la relajación Progresiva de Jacobson para mantener menos tensión en el día a día y prevenir.
  • Darte un tiempo para que la ansiedad disminuya.
  • Entrenar la atención. No centrar la atención a nuestro cuerpo ni autochequearse.

Raquel Martínez

Enriquecimiento personal

Soy la capacidad de resiliencia y determinación de Serena. Me especializo en el desarrollo y enriquecimiento personal y aporto a mis pacientes las herramientas necesarias para orientar su día a día hacia ese mismo objetivo. Saber más.

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