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La soledad de vivir en el extranjero

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Vivo en otro país y me siento sola lejos de casa

 

Cuando decidió dejarlo todo e irse fuera de su país, imaginaba que comenzar una nueva vida sería emocionante y que podría con todo. La realidad es que después de un tiempo aquí se siente sola, no está integrada, pero tampoco quiere volver. Cuando habla con sus amigas y su familia, no les cuenta todo lo que le sucede ni cómo se siente para no preocuparles. Le cuesta tomar decisiones, se siente bloqueada y no tiene claro qué camino tomar, ¿qué debo hacer?.


Pide cita | Cambiar de país por motivos laborales, sentimentales o personales es una decisión que siempre implica aceptar un reto, y asumir un riesgo. Normalmente esta decisión se toma tras mucho pensar, meditar y sopesar los pros y los contras, aunque a veces sea algo impulsivo o más emocional. Sin embargo, hay aspectos con los que es difícil contar hasta que no se vive la experiencia de la migración.  

 

El duelo migratorio.

Ser “la extranjera”

Lamentablemente, las personas que migran no son siempre bien recibidas y en algunos sitios nos verán siempre como “la extranjera”, “la de fuera”, la diferente a fin de cuentas; y eso muchas veces genera miedo o recelo por desconocimiento. A veces, la sensación de hostilidad y de rechazo se hace muy intensa y se vive con gran dolor. No entendemos que si nosotras hemos ido a ese país con toda nuestra ilusión de aportar con nuestro trabajo, o con las ganas de integrarnos y aprender cosas nuevas, conocer gente nueva o incluso queriendo formar una familia, no siempre se nos reciba de la mejor manera.

Me siento sola

Tampoco contamos con lo intensa que puede ser la sensación de soledad, aún cuando hayamos viajado con nuestra pareja. El día a día se hace complicado, conocer gente no siempre es fácil y podemos acabar recluidas en casa y con pocas oportunidades de encontrar apoyo en otras personas.

Puede llegar un momento en que sentimos que nos queremos rendir, y volver a nuestra casa, aunque en otros momentos pensemos que esa casa ya no será la que era, que hemos cambiado, y que no nos sentiríamos bien si tuviéramos que regresar.

Todas estas circunstancias son más comunes de lo que piensas, y muchas otras mujeres pasan o han pasado por ellas. La realidad es que no estás sola en esta vivencia, y que hay maneras de superar este malestar ligado a la migración.

Lo que he perdido

Es posible que lo que estés sufriendo sea un “duelo migratorio”, haciendo referencia al dolor por lo perdido:

  • La separación del país, una lengua diferente, la cultura… se puede volver muy dolorosa y echarse en falta. 
  • Supone también un cambio en la identidad propia, una no se siente la misma persona después de migrar.
  • La pérdida de nuestra red social, nuestros apoyos, la familia, las amistades… dejan de sentirse tan cercanas y tenemos miedo de preocuparles si les contamos cómo vivimos nuestra situación. 

 

¿Qué cosas te pueden ayudar a mejorar el ánimo?

A veces el cambio de casa y país implica que dejamos de hacer cosas que nos sentaban bien, quizás porque esperamos que otras cosas vengan a sustituirlas, o porque no le damos importancia a los hábitos saludables. Pero precisamente eso es lo que menos debería cambiar, nuestro estilo de vida. 

  • Por eso, no descuides tu salud, acude al médico siempre que lo necesites a pesar de las dificultades, 
  • Haz algún ejercicio físico que te haga sentir energizada y aminore tu ansiedad
  • O simplemente sal de casa a pasear a diario, es importante, evita aislarte y no relacionarte.
  • Cuida tu sueño y alimentación, aun cuando no tengas ganas de cocinar. 
  • Utiliza la música, el baile, la pintura y cualquier otra expresión artística como forma de expresar tu malestar; si no encuentras palabras para lo que te pasa, busca otras formas de comunicar, dar forma a las emociones y soltar peso. 

 

Busca u organiza grupos de personas en tu situación

Existen grupos más o menos organizados de personas que han migrado en muchas ciudades del mundo. Pueden ser de tu mismo país o no, pero siempre te ayudará conocer a gente en situación similar para sentirte menos sola y descubrir recursos locales que quizás desconocías y te podrían ser de ayuda. Si no existe ningún grupo, siempre puedes intentar organizar uno tu misma.

En el caso de ciudades pequeñas, pueblos, o regiones poco pobladas o apartadas, puede resultar difícil formar un grupo en la misma situación, pero suele ser habitual que existan otros grupos en los que puedas integrarte por compartir intereses, como pueden ser grupos culturales, religiosos, de lectura, de yoga… 

 

¿Cómo hablo con mi familia y amigos sin preocuparles?

Es importante mantener las relaciones sociales, y aunque sean a distancia, hoy día tenemos la suerte de que las formas de contactar con ellos están muy extendidas. Planifica el día y la hora a la que os vais a conectar, podéis organizar tomar un café juntos, cada uno en su casa, o compartir alguna comida en la distancia. 

No dejes pasar mucho tiempo entre un contacto y otro, de modo que no haya tantas cosas que contar que el cómo te sientes sea lo último que decir. Una buena idea es organizar la siguiente “quedada” al finalizar la anterior.

Ten en cuenta que quienes te conocen no necesitan que les cuentes todas las experiencias desagradables que estás pasando, porque es muy probable que con solo verte y oírte sientan que algo no va bien. Que tú no le des importancia ni lo quieras contar solo hace que ellos se preocupen más, porque no saben a qué te estás enfrentando.

Es posible que te digan que vuelvas, que no sigas ahí, porque no quieren verte mal, pero también tienes que poder expresarles tus dudas sobre volver, o si ya has decidido que no lo harás y tus motivos.

No soy capaz de tomar decisiones

Es habitual que cuando una está inmersa en esta situación, se sienta insegura a la hora de tomar incluso las más pequeñas decisiones. La terapia te puede ayudar a ver más claro hacia dónde quieres ir. Analizar todas las posibilidades y lo que puede implicar una decisión u otra te dará un marco general sobre el que poder afrontar con tranquilidad el día a día. 

Si sientes que necesitas un apoyo para superar el malestar, un espacio donde poder expresarte, siendo escuchada y cuidada, la terapia online puede ayudarte. En Serena estaremos encantadas de acompañarte. Pide cita |

 

Decidió que no podía seguir posponiendo una decisión. Sabía que tendría el apoyo de sus amigas y familia, tomara una decisión u otra. Pidió ayuda profesional y comenzó a dar los pasos necesarios para superar su duelo. 

 

 

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