Se sentía cada vez más lejos de su pareja, como si cada día se alejaran más el uno del otro. Las redes sociales causaban tensiones y malentendidos con su pareja y se dio cuenta que ambos habían caído en el hábito de las comparaciones y distracciones digitales. Pasaban más tiempo delante de la pantalla que hablando entre ellos.
Pide cita con una psicologa | Las redes sociales han permeado casi cada aspecto de nuestra vida diaria, desde cómo nos informamos hasta cómo interactuamos con nuestros seres queridos. Y sí, incluso han alterado las dinámicas de nuestras relaciones amorosas con nuestra pareja. Te ayudamos a conocer algunas de las situaciones que se crean y cómo enfrentarte a ellas. Profundicemos en cómo.
1. Conexiones y re-conexiones pasadas
En una época anterior a las redes sociales, dejar atrás un amor del pasado o perder el contacto con ex parejas era la norma. Hoy, Facebook, Instagram y otras plataformas hacen que las re-conexiones sean fáciles y, a veces, inevitables. Sin embargo, este acceso constante a la vida de antiguos amores puede crear tensiones en las relaciones actuales. La tentación de revisar, por curiosidad o nostalgia, puede convertirse en una fuente de conflicto si no se maneja con transparencia y confianza.
¿Qué hacer? Es fundamental mantener una comunicación abierta y honesta con la pareja. Si mantener contacto con personas del pasado es importante, explicar las razones y asegurarse de que no haya malentendidos. Por otro lado, si se percibe que estas conexiones generan malestar, considerar establecer límites o incluso desconectar de ciertas personas para priorizar la salud y confianza en la relación actual.
2. La comparación constante
Las redes sociales actúan, en muchos casos, como un escaparate donde se exhiben los momentos más felices, memorables y a menudo idealizados de la vida de las personas. Esta tendencia a mostrar solo los «mejores momentos» puede llevar a una percepción distorsionada de la realidad. Para las parejas, este entorno puede ser particularmente complicado. Estar constantemente bombardeados con imágenes de otras relaciones que parecen «perfectas» y momentos románticos curados para la cámara puede hacer que las personas cuestionen la calidad y autenticidad de su propia relación.
Pero detrás de cada fotografía perfecta, hay historias no contadas, desafíos no compartidos y conflictos que no se muestran. Las redes sociales raramente reflejan las pequeñas discusiones diarias, las inseguridades o los desafíos que todas las parejas enfrentan. Sin embargo, al ser humanos, es natural que hagamos comparaciones, y en un mundo digital, estas comparaciones pueden volverse constantes y omnipresentes.
¿Qué hacer? Es crucial recordar que las redes sociales suelen mostrar solo los mejores momentos, no la realidad completa. Hablen sobre sus inseguridades y eviten usar las redes como una medida para su relación. Establecer momentos donde ambos se desconecten de las redes y se concentren en fortalecer su vínculo genuino puede ayudar.
3. Comunicación digital vs. comunicación cara a cara
Mensajes instantáneos, emojis, GIFs… La comunicación en la era digital tiene sus ventajas, pero también puede despersonalizar nuestras interacciones. Las sutilezas y matices de una conversación cara a cara pueden perderse en el espacio digital, dando lugar a malentendidos.
Las parejas pueden sentir que están constantemente en contacto, pero la calidad y profundidad de sus conversaciones pueden disminuir. Además, el tono emocional a menudo se malinterpreta en textos y mensajes, lo que puede generar conflictos innecesarios. La falta de contacto visual y lenguaje corporal, esenciales para una comunicación efectiva, hace que sea vital complementar la comunicación digital con momentos de conexión real y presencial. Esta dependencia de la comunicación virtual puede también erosionar la habilidad de manejar conflictos cara a cara, y a veces puede propiciar evasiones en abordar temas sensibles directamente.
¿Qué hacer? Priorizar el tiempo de calidad cara a cara. Establecer «tiempos sin tecnología» donde ambos se centren el uno en el otro, fortaleciendo la comunicación y evitando las distracciones digitales. Además, cuando se comunique por medios digitales, ser claro y pedir aclaraciones si es necesario para evitar malentendidos.
4. La privacidad y los límites en la era digital
La era de la información ha difuminado las líneas entre lo privado y lo público. Las parejas deben navegar y definir juntas qué está bien compartir en línea y qué debe permanecer privado. Además, el acceso a las cuentas de redes sociales del otro puede convertirse en un tema delicado. Establecer límites claros y respetar la privacidad digital del otro es esencial para fomentar la confianza. La sobreexposición o el compartir sin consentimiento puede generar tensiones y sentimientos de vulnerabilidad. En este contexto, es fundamental discutir qué partes de la relación se mostrarán al mundo digital y cuáles se mantendrán en el ámbito íntimo. Para muchas parejas, estas decisiones pueden influir en cómo se perciben a sí mismas y cómo son percibidas por su círculo social. Sin límites claros, puede surgir el riesgo de sentirse constantemente «observados» o «juzgados», lo que podría afectar la autenticidad y espontaneidad en la relación. La conversación constante y el entendimiento mutuo son esenciales para mantener la integridad y privacidad en un mundo donde todo parece estar en exhibición.
¿Qué hacer? Discutir y establecer juntos límites claros sobre lo que se comparte en línea y lo que se mantiene privado. Respetar la privacidad digital del otro es esencial, y es vital no compartir detalles íntimos sin el consentimiento de la pareja.
5. Refuerzo positivo y validación
Por el lado positivo, compartir momentos especiales, celebraciones o hitos en las redes sociales puede fortalecer el sentido de unidad y compromiso de una pareja. Cuando ambas partes sienten que su relación es valorada y celebrada, puede reforzar el vínculo y proporcionar un sentido de validación. Sin embargo, también existe el riesgo de que las parejas busquen validación externa en lugar de cultivarla internamente, dependiendo excesivamente de la aprobación y el reconocimiento social para sentirse seguras en su relación. Es saludable disfrutar de los elogios y comentarios positivos, pero es esencial no basar el valor de la relación únicamente en la percepción externa. Las redes pueden actuar como un eco de afirmación, pero las parejas deben ser cautelosas y asegurarse de nutrir su relación en el ámbito privado, valorando los momentos genuinos que no necesariamente se capturan o comparten en línea. La verdadera esencia de una relación reside en el entendimiento mutuo, el apoyo y el amor que se construye día a día, más allá de cualquier pantalla.
¿Qué hacer? Centrarse en fortalecer el vínculo interno y buscar validación en la propia relación en lugar de depender de la aprobación externa. Celebrar logros y momentos especiales juntos, independientemente de si se comparten o no en las redes.
6. Tiempo y atención en la era digital
El acceso constante a las redes sociales puede consumir una cantidad significativa de tiempo, tiempo que anteriormente podría haberse dedicado a la interacción cara a cara con la pareja. Es fácil perderse en un ciclo de desplazamiento interminable, lo que puede llevar a sentir que se está descuidando la relación. La presencia digital constante también puede disminuir la calidad de los momentos juntos, ya que la atención se divide entre la pantalla y la pareja. Para las relaciones, es esencial establecer momentos en los que se desconecta digitalmente para conectarse emocionalmente. Establecer «tiempos libres de pantalla» puede ayudar a las parejas a reconectar y priorizar su relación sobre las distracciones digitales. Es en estos momentos de desconexión donde se cultivan las conversaciones significativas, se construyen recuerdos y se fortalece el vínculo emocional. Aunque las redes sociales ofrecen innumerables oportunidades de conexión, es vital recordar que la conexión más profunda y significativa se encuentra en el mundo offline, en el espacio compartido entre dos personas.
¿Qué hacer? Establecer momentos específicos durante el día o la semana donde ambos se desconectan de sus dispositivos y se dedican tiempo de calidad. Esto puede incluir salidas sin teléfonos, cenas sin interrupciones digitales o actividades al aire libre para reconectar.
Conclusión
Las redes sociales, como cualquier herramienta, tienen el potencial de ser tanto beneficiosas como perjudiciales. Lo importante es que las parejas sean conscientes de su impacto y se comuniquen abiertamente sobre sus sentimientos, preocupaciones y límites en relación con su uso. En una era donde lo digital predomina, fortalecer la conexión real y genuina con nuestra pareja es más esencial que nunca.Pide cita con una psicologa |
Gracias al apoyo psicológico, consiguió hablar con su pareja para establecer límites y mejorar su comunicación, reenfocándose en la importancia de valorarse mutuamente más allá de las pantallas y cuidando su relación “real”.
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