Pide cita con una psicóloga | Según la Organización Mundial de la Salud, cerca de 800,000 personas mueren por suicidio cada año. Estas cifras, alarmantes y desgarradoras, reflejan la necesidad imperiosa de enfrentar y abordar esta crisis de salud pública. El 10 de septiembre, conmemoramos el Día Internacional contra el Suicidio. Aunque es común pensar que el suicidio es un acto impredecible, la verdad es que existen múltiples señales y síntomas que, detectados a tiempo, pueden ser fundamentales para prevenir una tragedia.
Síntomas a tener en cuenta:
1. Expresiones verbales:
Las referencias verbales al suicidio no deben tomarse a la ligera. Las personas en crisis, aunque de manera indirecta, buscan comunicar su dolor y desesperanza. Estas declaraciones pueden variar desde comentarios sutiles hasta afirmaciones directas sobre su deseo de terminar con su vida.
2. Aislamiento y silencios:
La decisión de alejarse de amigos, familiares y actividades puede ser un intento de proteger a los seres queridos o de evitar enfrentar situaciones que aumenten su angustia. El aislamiento frecuente es una señal de que alguien está luchando internamente y necesita apoyo. En convivencia pueden mostrarse mucho más callados de lo habitual.
3. Cambios de humor drásticos:
Las emociones humanas son complejas, pero cambios bruscos, como pasar de la tristeza profunda a una euforia inusual, pueden indicar desequilibrios psicológicos o químicos. Estos cambios pueden ser respuesta a factores desencadenantes de pensamientos de suicidio.
4. Comportamientos arriesgados:
Estos comportamientos reflejan a menudo una sensación de indiferencia hacia la propia vida. Abusar de sustancias, conducir imprudentemente o tomar decisiones temerarias pueden ser intentos de escapar del dolor emocional, sentir algo diferente o pedir ayuda indirectamente.
5. Desesperanza:
La desesperanza no es simplemente sentirse triste o deprimido. Es una visión del futuro teñida de oscuridad, donde la persona cree genuinamente que nada mejorará y que sus problemas son insuperables. Esta perspectiva fatalista puede ser paralizante y, en algunos casos, puede llevar a alguien a considerar el suicidio como la única salida.
6. Sentimientos de atrapamiento:
La sensación de estar atrapado puede surgir de circunstancias externas, como problemas financieros o relaciones tóxicas, o de batallas internas, como enfermedades mentales no tratadas. Cuando alguien siente que no tiene escapatoria y que cada puerta está cerrada, el pensamiento suicida puede presentarse como una salida ilusoria a ese encierro emocional.
7. Historial de intentos previos:
Un intento anterior de suicidio aumenta significativamente el riesgo de considerarlo nuevamente. Estas experiencias pasadas revelan una vulnerabilidad que debe ser tratada con cuidado y atención especializada.
Señales de alarma donde pedir ayuda urgente a un profesional de salud mental:
Detectar las señales de alarma en alguien que podría estar considerando el suicidio es una responsabilidad que todos debemos asumir. A menudo, estas señales son un grito silencioso de ayuda, una manifestación de la lucha interna que la persona está viviendo. La empatía, el entendimiento y una respuesta rápida pueden ser cruciales para ofrecerle un salvavidas en un momento de desesperación. Es esencial prestar atención, no minimizar sus sentimientos, actuar con amor y preocupación genuina y acompañarle a un profesional de la salud mental urgentemente.
1. Búsqueda de métodos:
La simple curiosidad o interés en métodos que puedan causar daño es un indicador alarmante de la intención de una persona. Este tipo de comportamiento sugiere que la persona podría estar planeando o contemplando actos peligrosos hacia sí misma. Si detectas este tipo de interés o curiosidad, es esencial abordar la situación con precaución y buscar apoyo profesional inmediatamente.
2. Preparación para el final o conductas de cierre:
Cuando alguien empieza a poner en orden sus asuntos, puede ser una señal de que está considerando el suicidio. Estas acciones, como dar regalos inesperados, regalar a sus mascotas a alguien apra que las cuide en el futuro otro, o redactar cartas de despedida, son intentos de concluir asuntos pendientes antes de tomar una decisión irreversible y es una señal de alarma que debemos tener muy en cuenta
¿Cómo ayudar en la prevención del suicidio?
Afrontar la realidad de que alguien cercano podría estar considerando el suicidio es una situación sumamente difícil y delicada. Sin embargo, es crucial recordar que tu intervención, aunque pueda parecer pequeña o insignificante, tiene el potencial de salvar una vida. La comprensión, el apoyo y el acto de simplemente estar presente pueden ser los pilares que esa persona necesita para encontrar esperanza en medio del dolor. Al mostrar interés genuino y conectar a la persona con los recursos adecuados, puede ayudarle muchísimo en una situación límite y vital.
1. Comunicación:
Hablar sobre suicidio puede ser intimidante, pero es fundamental abordar el tema directamente. No esperes a que la persona se acerque. Inicia una conversación honesta, mostrando preocupación y cariño. Pregunta directamente pero con empatía sobre sus sentimientos y pensamientos. Escuchar sin juzgar y con total atención puede proporcionarle un alivio temporal y una sensación de comprensión. No tengas miedo, no hay nada especial que debas decir, solo mostrarle que estás ahí, acompañándole y escuchándole a veces es lo más importante y necesario.
2. Buscar ayuda profesional:
No todos estamos capacitados para manejar una crisis de suicidio, pero podemos dirigir a la persona hacia quienes sí lo están. Anima a la persona afectada a buscar a un terapeuta, psicólogo o psiquiatra. En casos urgentes, cuando la persona manifiesta los síntomas de alarma, no dudes en contactar líneas de emergencia o llevar a la persona a un centro de atención médica, hospital o centro de salud.
3. Mantente conectado:
La sensación de soledad puede ser abrumadora para alguien en crisis. Por ello, mantenerse en contacto regularmente puede ser vital. No se trata solo de hablar del tema del suicidio, sino de compartir momentos, enviar mensajes de aliento y simplemente estar allí, mostrando que te importa.
4. Evita el secreto:
Aunque respetar la privacidad es fundamental, cuando alguien te confiesa pensamientos suicidas, es esencial buscar ayuda y no guardar silencio. Es mejor errar por precaución que lamentar no haber actuado. Comunica tus preocupaciones a familiares cercanos, amigos de confianza o profesionales que puedan intervenir y brindar el apoyo necesario.
La prevención del suicidio no es tarea de unos pocos; es una responsabilidad colectiva. Cada uno de nosotros puede desempeñar un papel vital, ya sea prestando atención a las señales, ofreciendo una mano amiga o simplemente escuchando. Juntos, podemos salvar vidas. Pide cita con una psicóloga |
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