Parecía feliz pero cada vez que llegaba a casa exhausta por una larga jornada laboral se derrumbaba en el sofá ¿Estaba realmente triste o deprimida?,¿Era capaz de reconocer sus emociones?.
Pide cita con una psicologa | La tristeza y la depresión son dos términos distintos y a la vez con puntos en común. Dos ideas que se suelen confundir demasiado a menudo, pero ¿Cuál es realmente la diferencia?.
Empezaremos con una descripción sencilla de ambos conceptos. La tristeza es una emoción básica ante el dolor de una pérdida o un suceso desfavorable. La depresión es una enfermedad o trastorno mental caracterizado por una profunda tristeza, un cambio en nuestro comportamiento y forma de pensar. Aunque en la depresión aparece el término tristeza, ésta no deja de ser una parte muy pequeña del problema, por lo tanto no son sinónimos. Podemos afirmar que sus características los alejan más que acercan.
Diferencia entre depresión y tristeza profunda.
La tristeza aparece en un corto espacio temporal, a veces días o semanas, suele hacerlo de forma intermitente y es relativamente habitual y pasajera. Es, sencillamente, la reacción psicológica ante algo que nos ha herido o ante circunstancias difíciles de las que nos parece complicado escapar. En ocasiones podemos mitigarla con actividades que nos gustan a modo de distracción. Al final se trata de una emoción natural e innata presente en todos los seres humanos.
Sin embargo, en un trastorno o episodio depresivo la percepción distorsionada de la realidad junto con una potente sintomatología clínica lo convierten en un verdadero problema de salud mental. La depresión no puedes apartarla tan fácilmente de ti, no puedes alejarla con tareas placenteras, es una condición médica incapacitante cuya mejora va en consonancia con tratamientos psicológicos y farmacológicos.
Sus manifestaciones son tan persistentes e invalidantes que no se reducen al llanto o un estado de ánimo bajo, sino que engloban una diversa sintomatología, entre lo que podemos encontrar:
- Estado de ánimo triste y/o ansioso
- Sensación de vacío existencial con inexistentes planes de futuro.
- Comportamiento irascible e irritable.
- Falta de comunicación asertiva, incapacidad para expresar emociones y sentimientos.
- Sentimientos de culpa, indefensión e impotencia.
- Sentimientos de culpa y desesperanza. Visión pesimista de uno mismo, los demás y el mundo.
- Sensación continua de fatiga, apatía y falta de energía. Enlentecimiento motor.
- Sobrecarga física. Molestias corporales acompañadas de dolor o malestar.
- Sobrecarga mental. Pensamientos rumiantes e intrusivos con contenido negativo y visión catastrofista.
- Pensamientos sobre la muerte y el suicidio.
- Autolesiones como mecanismo de desahogo emocional.
- Dificultades en el sueño y el apetito.
- Pérdida de interés en actividades que previamente sí eran placenteras.
- Alteraciones en la concentración, atención y memoria. Dificultad a la hora de tomar decisiones.
- Malestar y deterioro clínicamente significativo en el entorno social, laboral y familiar.
Otra diferencia destacable es que cuando me siento triste suelo ser capaz de reconocer cual es la causa concreta, por ejemplo, un despido, una ruptura sentimental o incluso una desregularización hormonal.
En la depresión es más complicado averiguar el origen, a veces ni siquiera tiene un motivo aparente, se cree que puede ser ocasionada por una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos.
En la tristeza somos capaces de preservar nuestra rutina e incluso llevar a cabo actividades placenteras , sin embargo en un estado depresivo nos sentimos paralizados, bloqueados e incapaces de llevar a cabo nuestra rutina habitual, las cosas dejan de tener sentido.
Se estima que el 3,8% de la población mundial sufre un trastorno depresivo cuya prevalencia en población adulta es mayor en mujeres que en hombres. También se conoce que hay trastornos depresivos exclusivamente femeninos relacionados principalmente con los niveles hormonales, el embarazo, el parto y el postparto.
Quizás el trastorno depresivo más conocido en las mujeres sea la depresión postparto cuyo término también se confunde con la tristeza postparto. Veamos la diferencia.
Tristeza o depresión postparto.
En la tristeza postparto lo más recurrente es un llanto espontáneo sin razón aparente, dificultades en la concentración unidas con falta de energía derivado principalmente por el cansancio físico. Suele ir acompañado de inseguridad y falta de confianza sobre su capacidad de llevar a cabo su nuevo rol. Cómo hemos visto anteriormente vuelve a ser algo pasajero y temporal.
Cuando aparece la depresión postparto en la mujer, la sintomatología clínica va más allá de la tristeza, el cuadro es más severo y por lo tanto más incapacitante. Coexisten pensamientos recurrentes de culpa, incapacidad y desesperación en relación con los cuidados del bebé. Hay una excesiva ansiedad con arranques inesperados de ira principalmente hacia sus seres queridos. El desbordamiento emocional es tan fuerte que en ocasiones existen pensamientos intrusivos acerca de hacerse daño a una misma o al bebé. Evidentemente es una situación preocupante que requiere de un sólido apoyo familiar e intervención psicológica. En la mayoría de los casos con una adecuada intervención psicológica puede recuperarse completamente, retomando una vida normal.
Una vez que tomamos conciencia de la diferencia entre sentirse triste o padecer un episodio depresivo, la temprana actuación por parte de los servicios de salud mental garantizarán un mejor pronóstico. El abordaje multicausal, hará que la persona vuelva a retomar las ganas y el control sobre su vida.
«Cuando estás deprimido realmente no controlas tus pensamientos, tus pensamientos te controlan a ti. Es una sensación de ahogo que solamente tú sientes, no es una herida del cuerpo sino del alma» Pide cita con una psicologa |
Entendió la diferencia entre tristeza y depresión y empezó a cuidarse para que estas sensaciones desagradables no empezaran a apoderarse de ella.
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